viernes, 15 de abril de 2011

Lejos de la coyuntura actual y de su próximo rival en el campeonato, el entrenador de Juan Pablo II, Junior Méndez nos acerca más a su equipo con un enfoque sobre sus virtudes y defectos.

En principio Junior aclara que no ‘metió’ mano en la llegada de los jugadores, porque en la época de contrataciones, aún su presencia en Juan Pablo II no estaba confirmada. De todos modos no pide más refuerzos porque considera que es lo suficiente con lo que tiene, al menos por ahora.

Hablar de la defensa de Juan Pablo II es hablar de falencias que bien pudieron ser trágicas porque Hugo Grajeda no es tan rápido a decir de Junior Méndez.
Pero a la enfermedad, se la ataca con el antídoto por eso es que Pier Soto dejó la volante para ser el stopper en la retaguardia, es decir el zaguero que juega suelto cubriendo las espaldas de sus compañeros. Los laterales también son un problema porque no son fuertes ni lo suficientemente rápidos para avanzar hasta la línea de fondo del equipo rival.

Con 4 partidos jugados Junior Méndez entendió que no puede jugar con un diez, porque simplemente no tiene los volantes con esas características.
Apostó por Antony Grajeda para dicha labor durante los primeros 45 y para los segundos 45, que sea William ‘pachín’ Castillo el encargado de esa función.
Y ninguno de los dos resulta eficiente a lo que pretende el técnico, pues tanto Antony y ‘Pachín’ solo tienen chispazos de buen fútbol.

Apostar en la delantera por dos futbolistas sub 18, ¿pueda haber sido una decisión para arrepentirse? Para Junior Méndez no, porque si bien es cierto sus juveniles Diego Cam y Toni Zavaleta aún tiene miedo de jugar ante más grandes, prefiere perder el balón en esa parte de la cancha que en otro puesto.

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